En el ámbito del patrimonio cultural del Principado de Asturias, se destaca una obra singular que representa el arte barroco de finales del siglo XVIII. La escultura, conocida como Ángel, fue creada entre 1725 y 1730 en el taller de Antonio de Borja. Este bulto redondo, que mide 340 x 30 x 30 centímetros, se caracteriza por su técnica de talla, pintura y dorado sobre madera, elementos que reflejan la riqueza estética de su época.
La obra Ángel es un claro exponente del estilo barroco, un periodo en el que el arte buscaba no solo la representación fiel de la realidad, sino también provocar emociones intensas en el espectador. La escultura destaca por su meticulosa elaboración y la atención al detalle, características que son evidentes en la forma en que se han trabajado las ropas y los rasgos faciales. La combinación de la técnica de dorado y la pintura en madera otorgan a Ángel una luminosidad que lo distingue dentro del repertorio escultórico del siglo XVIII.
En el contexto de su registro, Ángel está catalogado bajo el código A-I-M - 03 - 0000774 - 00000 en el inventario general de bienes de interés cultural. La anotación preventiva realizada el 29 de junio de 1992 garantiza su protección y preservación, reflejando el compromiso del Principado de Asturias con la conservación de su patrimonio cultural. Esta escultura no solo es un objeto de admiración estética, sino también un testimonio del legado histórico y artístico de la región.
El reconocimiento de Ángel en el Registro de Bienes de Interés Cultural implica una consideración de su valor no solo artístico, sino también social y cultural. Esta clasificación permite que la obra sea objeto de estudio y divulgación, contribuyendo así a la educación y el enriquecimiento cultural de la comunidad. La figura de Ángel se convierte en un vínculo entre el pasado y el presente, recordándonos la importancia de salvaguardar nuestra herencia cultural para las generaciones futuras.
En resumen, la escultura Ángel es un símbolo del arte barroco en Asturias, destacándose por su técnica y la calidad de su ejecución. Su registro y protección bajo la legislación de bienes culturales subraya la relevancia de la obra dentro del patrimonio de la región, invitando a un análisis más profundo sobre su historia y su impacto en la cultura asturiana.