Agua turquesa II

Bienes de Interés Cultural (BIC)
Pintura

En el ámbito del arte contemporáneo, Agua turquesa II se erige como una obra significativa del pintor Joaquín Torrents Lladó. Este cuadro, que data de 1990, se destaca no solo por su técnica, sino también por su contexto dentro de la producción artística del siglo XX. Con unas dimensiones de 116 x 116 centímetros, Agua turquesa II se presenta como un ejemplo de la maestría del óleo sobre tela, una técnica que permite a los artistas explorar una rica paleta de colores y texturas.

Joaquín Torrents Lladó, cuyo trabajo ha sido reconocido por su capacidad de captar la esencia de los paisajes y elementos naturales, plasma en Agua turquesa II una visión que invita a la contemplación. Aunque la escuela a la que pertenece esta obra aún está pendiente de clasificación, su estilo evoca una conexión profunda con el entorno, lo que resulta evidente en la elección de la tonalidad turquesa que da nombre a la pieza. Esta elección cromática no solo sugiere la belleza del agua, sino que también evoca emociones y recuerdos personales, haciendo de la experiencia visual algo íntimo para el espectador.

Registrada bajo el código A-I-M - 01 - 0002612 - 00228 en el inventario general de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares, Agua turquesa II cuenta con una anotación preventiva que garantiza su protección y consideración como un bien de interés cultural. La fecha de incoación del registro, el 28 de abril de 1997, y la publicación del boletín correspondiente el 7 de julio de ese mismo año, destacan la importancia administrativa y cultural que se le otorga a esta obra dentro del patrimonio artístico de la región.

La inclusión de Agua turquesa II en el Registro de Bienes de Interés Cultural subraya la relevancia de la pintura en la historia del arte balear. Este registro no solo ofrece información sobre la identificación y descripción de la obra, sino que también asegura su situación jurídico-administrativa, contribuyendo a la preservación de la cultura y la memoria colectiva. Así, Agua turquesa II no solo representa una expresión artística, sino también un vínculo tangible con la identidad cultural de las Islas Baleares.

La obra de Torrents Lladó, y en particular Agua turquesa II, se inserta en un diálogo continuo sobre el papel del arte en la sociedad. A medida que se exploran las interacciones entre el medio natural y la representación artística, se hace evidente que obras como esta son esenciales para entender no solo el contexto en el que fueron creadas, sino también su impacto en la percepción del arte en la actualidad. En este sentido, Agua turquesa II se convierte en un puente entre el pasado y el presente, invitando a nuevas generaciones a apreciar y reflexionar sobre el valor del arte en su entorno cultural.