La Acta de Constantinopla de Ciudadela es un manuscrito que se remonta al siglo XVI, un período de gran relevancia histórica y cultural. Este documento, cuya autoría se atribuye a Pedro Quintana, es un testimonio invaluable del patrimonio documental de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares. Su registro bajo el código A-R-M - 14 - 0000026 - 00000 en el inventario de Bienes de Interés Cultural (BIC) resalta su importancia dentro del patrimonio histórico español.
El manuscrito, que mide 31,08 x 22 centímetros, está elaborado en papel y se encuentra en condiciones que garantizan su conservación y estudio. La Acta de Constantinopla de Ciudadela no solo representa un testimonio material de su época, sino que también ofrece una ventana a las prácticas culturales y documentales de los siglos pasados, un aspecto fundamental para comprender la evolución de la administración y la cultura en las Islas Baleares.
El registro de la Acta de Constantinopla de Ciudadela se realizó el 23 de febrero de 2001, una fecha que marca su incorporación formal al patrimonio cultural de la región. Este registro es gestionado por el organismo responsable de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares, que se encarga de proteger y promover el patrimonio histórico. La anotación preventiva en el registro sugiere un interés en garantizar la preservación y protección de este bien, subrayando su valor no solo como un objeto histórico, sino como parte integral de la identidad cultural de las Baleares.
La Acta de Constantinopla de Ciudadela se inscribe en un contexto más amplio de conservación y valorización del patrimonio documental. Este tipo de documentación es crucial para el estudio de la historia local y regional, proporcionando información sobre la administración, la cultura y las interacciones sociales de su tiempo. La existencia de este manuscrito resalta la necesidad de seguir investigando y preservando los documentos históricos que forman parte de nuestra herencia cultural.
En conclusión, la Acta de Constantinopla de Ciudadela es más que un simple manuscrito del siglo XVI; es un símbolo del patrimonio cultural de las Islas Baleares. Su estudio y conservación son esenciales para mantener viva la memoria histórica de la región, ofreciendo a las futuras generaciones la oportunidad de explorar y entender sus raíces culturales y sociales. La protección de este bien, y de otros similares, es fundamental para asegurar que la riqueza del pasado no se pierda y continúe enriqueciendo la identidad de la comunidad.
