(00000-00001)

Bienes de Interés Cultural (BIC)
Objetos Artísticos

El 00000-00001 es un destacado ejemplo de la herencia cultural de Cataluña, reflejando la maestría de la herrería del siglo XIX. Esta obra, un cortahostias, exhibe un diseño funcional que no solo responde a necesidades prácticas, sino que también muestra el arte y la técnica de su época. Con unas medidas de 145 x 4 centímetros, el cortahostias se elabora en hierro, madera y cobre, materiales que se empleaban comúnmente en la manufactura de objetos de uso cotidiano, pero que en este caso se han trabajado con un notable esmero.

El 00000-00001 se encuentra clasificado dentro de la tipología de herrería y otros metales, lo que subraya su valor tanto estético como histórico. Este tipo de objetos no solo eran herramientas en la vida diaria, sino que también eran representaciones del estatus y el arte de la época. La combinación de materiales y técnicas utilizadas en su creación ilustra la intersección entre funcionalidad y estética, un aspecto fundamental en la producción artística del siglo XIX.

Registrado bajo el código I-M - 16 - 0003415 - 00000 en el inventario de objetos artísticos, el 00000-00001 posee un estatus que va más allá de su uso práctico. Fue incoado el 10 de julio de 1998 y declarado bien de interés cultural el 20 de mayo de 1999. Esto resalta la importancia de esta obra dentro del patrimonio cultural de la comunidad autónoma de Cataluña, donde se reconoce su relevancia no solo como un objeto de interés histórico, sino también como un testimonio de la cultura material de la región.

La información relacionada con el 00000-00001 se encuentra registrada en el Registro de Bienes de Interés Cultural, donde se detalla su identificación, descripción y situación jurídico-administrativa. Este registro es crucial, ya que garantiza la protección y conservación de los bienes culturales, asegurando que el legado artístico y cultural de Cataluña sea preservado para las futuras generaciones.

La existencia de obras como el 00000-00001 nos invita a reflexionar sobre la importancia de valorar y conservar nuestro patrimonio cultural. Cada objeto tiene una historia que contar y un lugar en la narrativa colectiva de nuestra sociedad. En este sentido, la protección de bienes culturales no solo implica preservar objetos físicos, sino también mantener viva la memoria de las tradiciones y técnicas que forman parte de nuestra identidad.