En el ámbito de la cultura y el patrimonio, se destaca la importancia de las obras que conforman el acervo artístico de una región. En este contexto, el bien denominado (00000-00002) se erige como un testimonio valioso de la orfebrería del siglo XX en Cataluña. Este conjunto, que consta de tres piezas, refleja no solo la destreza técnica de sus creadores, sino también la rica tradición que caracteriza a la comunidad autónoma.
El (00000-00002) está elaborado con una combinación de madera dorada y vidrio, materiales que aportan una luminosidad especial y un acabado refinado a cada una de las obras. Este uso de la madera dorada no es casual; en la orfebrería, este recurso se ha utilizado históricamente para realzar la belleza y el significado de los objetos religiosos y ceremoniales, proporcionando un aire de solemnidad y devoción.
Registrado bajo el código I-M - 16 - 0003327 - 00000, el (00000-00002) fue incoado el 10 de julio de 1998 y declarado como Bien de Interés Cultural el 20 de mayo de 1999. Este estatus no solo resalta su valor artístico, sino también su relevancia cultural y su protección dentro del marco jurídico-administrativo vigente. El organismo responsable de su conservación y difusión es el correspondiente a Cataluña, que vela por la integridad de su patrimonio cultural.
El registro de bienes muebles en el que se encuentra el (00000-00002) permite una catalogación meticulosa, asegurando que se conserven todos los detalles pertinentes sobre su identificación y descripción. Esta información es crucial para investigadores, historiadores y amantes del arte, ya que proporciona un marco para entender no solo el objeto en sí, sino también el contexto en el que fue creado y utilizado.
En conclusión, el (00000-00002) representa una pieza significativa en el panorama de la orfebrería contemporánea en Cataluña. Su diseño y técnica son reflejos de una época y un lugar específicos, ofreciendo un vistazo a las tradiciones artísticas que han perdurado a lo largo del tiempo. A través de su preservación y estudio, se garantiza que las futuras generaciones puedan apreciar y entender la riqueza cultural que representa este bien.