La Patera de Otañes es una singular pieza de gran relevancia dentro del patrimonio arqueológico de Cantabria. Este objeto, que se clasifica como un pendiente, data del período romano, concretamente entre los siglos I y IV. Su diseño y técnica, elaborados en plata y oro, reflejan la sofisticación y los gustos estéticos de la época en la que fue creado. Con unas medidas de 211 por 23 centímetros, la Patera de Otañes no solo destaca por su tamaño, sino también por su elegancia y la calidad de su fabricación.
La historia de la Patera de Otañes se remonta a un tiempo en el que la región de Cantabria era un importante cruce de culturas, donde las influencias romanas se entrelazaban con las tradiciones locales. Esta pieza es un testimonio material de ese encuentro, y su importancia se ve reforzada por el hecho de que está registrada en el Registro de Bienes de Interés Cultural (BIC), donde se conserva información detallada sobre su identificación y su situación jurídico-administrativa.
El 30 de enero de 1997, la Patera de Otañes fue incoada en el registro, y posteriormente, el 21 de noviembre de 2000, se le otorgó la declaración oficial como bien de interés cultural. Esta decisión no solo valida su valor arqueológico, sino que también garantiza su protección y conservación para futuras generaciones. La publicación de estos eventos en el Boletín Oficial, el 8 de junio de 2000 y el 27 de noviembre de 2000, marcó un paso significativo en el reconocimiento del patrimonio cultural de la comunidad autónoma de Cantabria.
El organismo responsable de la gestión de la Patera de Otañes es la comunidad autónoma de Cantabria, que se encarga de velar por la preservación de este y otros bienes que conforman la riqueza cultural de la región. La existencia de registros tan minuciosos no solo es un reflejo del compromiso con la conservación del patrimonio, sino que también subraya la importancia de la Patera de Otañes como un objeto que conecta el pasado romano de Cantabria con el presente.
La Patera de Otañes es, sin duda, una pieza fundamental que invita a la reflexión sobre la historia y la cultura de una época que sigue influyendo en la identidad regional. Su estudio y conservación son esenciales para entender mejor las dinámicas sociales y económicas de la época romana en Cantabria, y para valorar la herencia cultural que este tipo de objetos nos deja.
