Andas de la Virgen de la Peña de Francia

Bienes de Interés Cultural (BIC)
Mobiliario

Las Andas de la Virgen de la Peña de Francia son un destacado ejemplo del patrimonio cultural de Canarias, que refleja la rica tradición artística de la región. Esta obra, única en su tipo, se remonta al siglo XVIII y se inscribe dentro del estilo barroco, conocido por su elaborada ornamentación y su emotivo sentido de la espiritualidad.

El mobiliario, realizado en madera revestida de plata, no solo representa una devoción religiosa, sino también la maestría de los artesanos de la época, quienes combinaron la funcionalidad con la estética en una pieza que ha perdurado a lo largo de los siglos. Este tipo de andas, utilizadas para el transporte de imágenes religiosas durante las festividades, son un claro reflejo de la fe y la cultura popular que caracterizan a las Islas Canarias.

Las Andas de la Virgen de la Peña de Francia están registradas bajo el código R-M - 04 - 0000258 - 00000 en el Registro de Bienes de Interés Cultural, lo que asegura su protección y conservación como patrimonio de todos. La fecha de incoación de este registro fue el 25 de marzo de 1949, y su declaración oficial se realizó el 12 de mayo de 2003, asegurando su estatus como un bien cultural de relevancia histórica y artística.

El organismo responsable de la gestión de este patrimonio es el Gobierno de Canarias, que se encarga de velar por la preservación y promoción de las obras que componen el legado cultural canario. La inclusión de las Andas de la Virgen de la Peña de Francia en el registro de bienes muebles subraya la importancia de documentar y valorar estos elementos de nuestra historia colectiva, que forman parte integral de las tradiciones religiosas y festivales locales.

En resumen, las Andas de la Virgen de la Peña de Francia no son solo un objeto de devoción, sino también un símbolo de la identidad cultural de Canarias. Su diseño y ejecución reflejan la habilidad de los artesanos de la época, así como la profundidad de las creencias que aún perduran en la actualidad. Su preservación es fundamental para mantener viva la memoria cultural y espiritual de la comunidad, asegurando que las futuras generaciones puedan apreciar y entender el significado de estas obras maestras.