En el ámbito del patrimonio cultural, el Atril ocupa un lugar destacado por su singularidad y valor histórico. Este artefacto, fechado en el Siglo XVIII y realizado en madera policromada con motivos vegetales, constituye una pieza única, inscrita bajo el código A-R-M - 04 - 0000212 - 00000 en el Registro de Bienes de Interés Cultural de Canarias.
El Atril, con su diseño meticuloso y su técnica policromada, representa no solo una manifestación artística de la época, sino también un testimonio tangible de la habilidad artesanal y estética de sus creadores. Su preservación y catalogación dentro del ámbito del mobiliario en el mencionado registro reflejan el compromiso de las autoridades canarias con la protección y promoción del patrimonio cultural.
Este ejemplar, único en su género y caracterizado por su estilo distintivo, forma parte del acervo cultural de la región, resguardado bajo una anotación preventiva que asegura su salvaguarda y gestión administrativa adecuada. La inclusión del Atril en el Registro de Bienes de Interés Cultural implica un reconocimiento oficial de su importancia cultural y estética, estableciendo así su estatus legal y cultural dentro del contexto patrimonial de Canarias.
El organismo responsable, Canarias, gestiona la información pertinente relacionada con este bien mueble, asegurando su identificación precisa, descripción detallada y la adecuada gestión de su situación jurídico-administrativa. Esta labor es fundamental para garantizar la preservación y difusión del legado cultural representado por el Atril, proporcionando acceso público a su historia y características esenciales.
En resumen, el Atril es más que un simple objeto histórico; es un símbolo tangible de la rica herencia cultural de Canarias, cuidadosamente protegido y promovido por las autoridades locales como parte integral de su identidad cultural y patrimonial.
