Atril

Bienes de Interés Cultural (BIC)
Mobiliario

En el ámbito del patrimonio cultural canario, Atril emerge como un testimonio significativo de la destreza artesanal del siglo XVIII. Este objeto, catalogado como un bien de interés cultural, ha sido meticulosamente tallado en madera, lo que refleja la maestría de los artesanos de su época. Con unas dimensiones de 24 x 32 x 26 centímetros, Atril no solo cumple una función práctica, sino que también se erige como una pieza que encapsula la esencia estética y funcional de su tiempo.

El Atril, cuya técnica de elaboración incluye un cuidadoso tallado y policromía, presenta un diseño que invita a la contemplación. Cada detalle de su superficie habla de la habilidad y la dedicación de aquellos que lo crearon, mostrando un equilibrio entre funcionalidad y belleza. Este objeto no es simplemente un soporte para libros o documentos; es un símbolo de la tradición cultural canaria que se ha preservado a lo largo de los siglos.

Registrado bajo el código A-R-M - 04 - 0000200 - 00000, el Atril se encuentra bajo la categoría de mobiliario en el Registro de Bienes de Interés Cultural de la Comunidad Autónoma de Canarias. Este registro es esencial, ya que no solo documenta la existencia de la pieza, sino que también asegura su protección y conservación para las futuras generaciones. La fecha de incoación, 14 de marzo de 2001, marca un hito en el reconocimiento formal de su valor histórico y cultural.

La anotación preventiva en el registro resalta la importancia de la preservación de bienes muebles, como el Atril, que son testigos del patrimonio cultural de una región. A través de este reconocimiento, se busca garantizar que tales obras no solo sean valoradas en su contexto histórico, sino que también se mantengan vivas en la memoria colectiva de la sociedad.

En conclusión, el Atril se destaca no solo como un objeto de uso cotidiano en su época, sino también como un emblema de la herencia cultural canaria. Su registro en el ámbito del patrimonio cultural es un recordatorio de la importancia de preservar la historia a través de estos objetos que, con el paso del tiempo, se convierten en verdaderas joyas del pasado. Su existencia invita a reflexionar sobre la continuidad de la tradición y el valor de la artesanía en la construcción de nuestra identidad cultural.