Custodia procesional

Bienes de Interés Cultural (BIC)
Objetos Artísticos

La Custodia procesional es una de las manifestaciones más representativas de la orfebrería española del siglo XVI, un período que se caracteriza por un esplendor artístico notable. Esta obra en particular, creada por el orfebre Francisco Becerril, se sitúa en la tradición artística de Castilla, específicamente en la ciudad de Cuenca, que ha sido un núcleo relevante en la producción de piezas de gran calidad en metales preciosos.

Con unas dimensiones de 66,7 por 17,5 centímetros, la Custodia procesional destaca por su meticuloso trabajo en repujado, cincelado y dorado, técnicas que realzan la elegancia y la complejidad del diseño. La fundición en plata, un material apreciado tanto por su belleza como por su valor, otorga a esta obra un carácter distintivo, que combina funcionalidad y estética. Su diseño no solo es un testimonio de la destreza técnica de su autor, sino que también refleja la devoción y el fervor religioso de la época.

La Custodia procesional fue incorporada al Registro de Bienes de Interés Cultural el 27 de enero de 2005, aunque su fecha de incoación se remonta al 9 de agosto de 2004. Esta inscripción es fundamental, ya que garantiza la protección y el reconocimiento de la obra dentro del patrimonio cultural de Cantabria. El organismo responsable de su gestión se encarga de mantener un inventario que asegura la conservación y promoción de bienes artísticos de gran valor histórico y cultural.

La orfebrería, y en particular la creación de custodias, tuvo un papel crucial en la liturgia y en las celebraciones religiosas de la época, actuando como símbolos de la fe y del poder eclesiástico. La Custodia procesional de Francisco Becerril, al igual que otras obras de su tiempo, no solo servía como un objeto ceremonial, sino que también se erigía como un punto de atracción visual y espiritual durante las procesiones y festividades, convirtiéndose en el centro de atención para los fieles y devotos.

La importancia de la Custodia procesional se extiende más allá de su valor artístico, ya que representa un legado cultural que se ha transmitido a lo largo de los siglos. Su conservación y estudio permiten no solo el aprecio por la habilidad de los orfebres de la época, sino también una comprensión más profunda de las tradiciones y creencias que han moldeado la historia de la región. Así, la Custodia procesional se mantiene como un vínculo tangible con el pasado, invitando a las nuevas generaciones a explorar y valorar el rico patrimonio cultural que poseen.